27.- SABRAS TODO DE MI

Cuando me vaya, tan solo te pido que no te dejes invadir por la luz crepuscular de tus miedos. Tampoco quiero la penumbrosa claridad de la despedida cristalizada como humedad en el candor de tus pupilas. La vida es un transitar donde a diario muere una flor, pero más allá, en ese instante nace una estrella. Y mientras en la orilla de una sincera playa en los brazos de la cálida arena muere silenciosa una ola, detrás se forma una nueva. Y al tiempo que un cuerpo se convierte en polvo, el alma despliega sus alas y de tanto dolor se libera vistiéndose con el brillo del Sol. Cuando llegada sea la hora de pasar el umbral y cerrar la puerta, de mi mortaja serán los sueños fugitivos en busca de su singladura, y tú tendrás que ser quien con entereza le coloque a mi diario de vida la necesaria plegaria ¿Y ya sabes que vas a hacer con todo lo que aquí dejo? En las horas silentes que entreteje el descanso, cuando ya mi partida se convierta dentro de tu corazón en un cordial pájaro, libre en ti de toda pena cual inquieto conejito antes de dar el salto, revisa con cuidado entre las notas de mi libreta allí encontrarás aquellos versos de amor que tantas noches escribí pensando en ti. Y con la gracia floral de tu dulce sonrisa, esa que rebosa en tus fotos con profundas melodías, leyendo mis poesías te convertiré entonces en leve emisario de mis hondos secretos. Será allí, en ese instante servido que sabrás cuanto te quise, y descubrirás que este querer inmaculado siempre fue sincero, que de mi musa fuiste la luz de su aurora y de mi pluma el singular brillo de tantas lunas llenas; esas, fueron mis compañeras cuando indigente de ti me sentí tantas veces sola. Cuando el reloj marque la hora señalada, no te preocupes por quien irá a avisarte, tampoco preguntes si antes de morir mis labios se sellaron pronunciando con el último suspiro tu dulce nombre. Sabrás todo de mi ¡Yo te lo aseguro! Y en mis poemas, así como en mi computadora, al leer los escritos con curiosidad morbosa, caerás en cuenta que quererte fue mi delito de diamante, una deuda en la vida con brillo cancelado. ¿Sabes qué? Entonces entenderás que el haberte amado es parecerse tanto a lo pasado y morir el olvidar lo que presiente la fuerza del amor insuperado. Morir queriéndote es trastocar el acertijo. Amar es descubrir para mí que no se muere inútilmente sino vivir en la ilusión de lo que tanto en vida se quiso y se ha amado.